La vacunación es un método esencial y rentable para el control de enfermedades infecciosas en gatos, siendo un componente fundamental de un plan de salud preventiva individualizado. Aunque nuestro compañero felino no salga al exterior, vacunarlo sigue siendo crucial. Los gatos de interior aún están expuestos a enfermedades a través de ventanas abiertas, visitas veterinarias, otros animales y personas que pueden traer patógenos a casa. Las vacunas protegen contra enfermedades graves como la panleucopenia, el calicivirus y la rabia, las cuales pueden ser mortales. Estas directrices proporcionan la información más actualizada y las recomendaciones sobre la vacunación felina. Vacunar a tu gato no solo protege su salud, sino que también contribuye al bienestar general de la comunidad felina.
Cómo se Establece la Inmunidad en los Gatos desde el Nacimiento
Los gatitos son más propensos a infecciones y enfermedades que los gatos adultos, por lo que es crucial vacunarlos. Al nacer, obtienen anticuerpos de la madre a través del calostro en las primeras 24 horas, lo que les brinda protección inicial. Sin embargo, estos anticuerpos maternos pueden interferir con las vacunas, impidiendo que los gatitos desarrollen su propia inmunidad. Los niveles de anticuerpos maternos disminuyen con el tiempo, haciendo que los gatitos sean susceptibles a enfermedades alrededor del primer mes de vida.
Para proteger a los gatitos de enfermedades, se les administra una serie de vacunas cada 2-4 semanas hasta que tienen 16-18 semanas de edad. Esto aumenta la probabilidad de que se inmunicen con éxito una vez que los anticuerpos maternos (MDA) disminuyen. Las vacunas comienzan no antes de las 4 semanas de edad porque los recién nacidos pueden no responder bien y son más susceptibles a enfermedades asociadas a las vacunas. Durante este proceso, hay un período en el que los MDA pueden interferir con la inmunización pero no son suficientes para prevenir infecciones naturales. Para minimizar este período de susceptibilidad, se recomienda mantener los intervalos de vacunación de al menos 2 semanas.
Al finalizar la pauta de vacunación de los gatitos a las 16 semanas, antes se recomendaba revacunar al año y luego cada tres años. Sin embargo, estudios recientes sugieren que algunos gatitos no responden adecuadamente a la vacuna final a las 16 semanas. Por esto, los protocolos ahora recomiendan una revacunación a los 6 meses para asegurar una inmunización efectiva. Esta revacunación adicional ayuda a proteger mejor a los gatitos durante el período de susceptibilidad.
Evaluar el Entorno del Gato para Determinar el Riesgo de Infección
Es crucial determinar si el gato vive exclusivamente en interiores o tiene acceso al exterior (incluyendo paseos supervisados con arnés o estancias en residencias). Los gatos con acceso al exterior están en mayor riesgo de exposición a patógenos debido al contacto con otros animales y ambientes desconocidos, lo que aumenta sus posibilidades de contraer infecciones.
La densidad de población y la exposición a agentes infecciosos también son factores clave en la evaluación del riesgo para los gatos. Los gatos que viven en hogares con muchos gatos o en lugares como refugios y criaderos tienen un mayor riesgo de infección debido al posible contacto con animales infectados y al estrés, que puede debilitar su sistema inmunológico. La introducción de nuevos gatos aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas para todos los gatos del grupo, ya que puede haber exposición directa a nuevos agentes patógenos.
Evaluación Individual y Anual de las Necesidades de Vacunación de Gatos
Las necesidades de vacunación de cada gato deben evaluarse de manera individual y racional, basándose en su estado de salud, edad y posible exposición a enfermedades. Los dueños y veterinarios deben trabajar juntos para determinar la probabilidad de que el gato entre en contacto con otros animales, adquiera parásitos o viva en áreas con enfermedades endémicas. Es fundamental considerar el estilo de vida del gato, incluyendo sus actividades y excursiones fuera de casa, al menos una vez al año.
La etapa de vida del gato también influye en su susceptibilidad a enfermedades, siendo los gatitos menores de seis meses los más vulnerables. Los gatos jóvenes, en general, requieren más actividades de enriquecimiento, lo que puede aumentar su exposición a patógenos.
El estado de salud del gato, incluyendo reacciones adversas previas a vacunas, su estado nutricional, y cualquier infección o enfermedad concurrente, también determina las recomendaciones de vacunación. Las hembras embarazadas pueden necesitar un tipo y horario de vacunación diferente. Al igual que los cambios en el estilo de vida, los cambios en el estado de salud deben evaluarse anualmente.
Conclusión
La vacunación es esencial para la salud de los gatos, incluso si viven en interiores. Evaluar regularmente sus necesidades de vacunación en colaboración con un veterinario asegura una protección adecuada y contribuye al bienestar general de la comunidad felina.
Vacunación para Gatos sin Acceso al Exterior y con Bajo Riesgo
Panleucopenia Felina: Similar al parvovirus en perros, es mortal y causa síntomas como decaimiento, vómitos y diarrea.
Rinotraqueítis Felina: Enfermedad respiratoria contagiosa con síntomas de estornudos y secreciones nasales y oculares.
Calicivirus Felino: Provoca síntomas similares a la gripe, afectando las vías respiratorias.
Frecuencia de Vacunación: Cada 3 años para gatos sin acceso al exterior y con bajo riesgo.
Vacunación para Gatos con Acceso al Exterior y Alto Riesgo
- Panleucopenia Felina, Rinotraqueítis Felina, Calicivirus Felino – cada 3 años en condiciones normales o anualmente para gatos con alto riesgo, como aquellos que frecuentan guarderías o ambientes de alto estrés
- Leucemia Felina (FeLV): anualmente para gatos en continuo alto riesgo de exposición. Solo deberíamos vacunar a gatos negativos para FeLV, es altamente recomendable realizar la prueba antes de la vacunación.
- Vacuna contra la Rabia: según la ley en cada provincia. En Cataluña, la vacuna contra la rabia aún no es obligatoria.